En un mundo cada vez más consciente del cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el desarrollo de infraestructura sustentable se ha convertido en una prioridad. Afortunadamente, existen tres buenas noticias que nos dan esperanza para el futuro del planeta.

La primera buena noticia es que la producción de energía a partir de fuentes renovables se está volviendo cada vez más económica gracias al desarrollo tecnológico. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), el costo de producción de energía solar ha disminuido en un 85% entre 2010 y 2020. Además, los costos de proyectos de energía eólica en tierra y en alta mar han bajado un 56% y un 48% respectivamente durante el mismo período. Esto significa que las energías renovables se están volviendo más accesibles y competitivas en comparación con los combustibles fósiles.

La segunda buena noticia es que el potencial energético de las fuentes renovables aún no ha sido completamente aprovechado. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el 90% de la electricidad mundial podría provenir de fuentes renovables para el año 2050. Esto se debe a que en casi todos los países existen fuentes de energía renovable cuyo potencial todavía no se ha explorado por completo. Un ejemplo destacado es Chile, que cuenta con un potencial inmenso para la generación de energía solar en el norte del país y energía eólica en el sur, gracias a su ubicación geográfica favorable. Aprovechar este potencial renovable contribuiría significativamente a la transición hacia un sistema energético más limpio y sostenible.

La tercera buena noticia es que las industrias en Chile y América Latina están tomando acciones concretas para impulsar la transición hacia la infraestructura sustentable. América Latina es una región rica en recursos naturales y cada vez más líderes industriales están comprometidos en aprovechar estos recursos de manera responsable para generar sistemas de generación de energía sostenibles. Empresas como Black & Veatch están brindando asesoría técnica y experiencia en proyectos de energía renovable en la región. A nivel global, la empresa ha participado en aproximadamente 50 GW de proyectos solares y casi 60 GW de proyectos eólicos. En Latinoamérica, buscan aumentar su participación en este tipo de proyectos y aprovechar la experiencia adquirida trabajando con clientes destacados en la región.

Además, el fenómeno del nearshoring está facilitando la inversión y la transferencia de tecnología necesarias para acelerar el proceso de transición energética en el país. Cada vez más empresas están dándose cuenta de que invertir en sistemas de generación y almacenamiento sostenibles puede ser más rentable a largo plazo. Un ejemplo relevante es el proyecto de la planta de desalinización de agua en la mina de La Escondida, en Antofagasta, Chile, que es la más grande de Latinoamérica.

En resumen, estas tres buenas noticias sobre el desarrollo de infraestructura sustentable nos brindan esperanza para el futuro del planeta. El abaratamiento de las energías renovables, el potencial inexplorado de estas fuentes y el compromiso de las industrias en América Latina son señales alentadoras de que estamos avanzando hacia un sistema energético más limpio y sostenible. Sin embargo, es fundamental seguir impulsando la investigación, la inversión y la adopción de tecnologías sustentables para lograr una transición exitosa y asegurar un futuro mejor para nuestro planeta.

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