Talento femeninoAlejandra Fuenzalida United Way Chile

Terremotos, inundaciones, campañas de ayuda hacia personas con capacidades diferentes y acontecimientos que han traspasado nuestras fronteras, como la ya famosa historia de los “33”, han contribuido a generar la visión de que somos un país solidario, cualidad de la cual nos enorgullecemos y que a la luz de un estudio reciente del Centro Mide UC, aún debemos seguir fortaleciendo en distintos niveles.

Pero, ¿somos realmente solidarios los chilenos? ¿Qué entendemos por solidaridad? ¿Donar mi dinero, donar especies o materiales, donar mi tiempo?

De acuerdo a cifras de la tercera Encuesta de Foco Ciudadano (diciembre de 2015), el Índice Solidaridad de los Chilenos alcanzó a fines del año pasado una puntuación de 2,9 en una escala de 0 a 10, lo que significa una leve baja con respecto a lo que se registró en versiones anteriores de esta investigación, cuando el mejor índice obtenido fue de 3,4 en 2012. Si bien esta disminución no resulta tan pronunciada, si debe llamarnos a la reflexión y sobre todo a la acción, redoblando los esfuerzos para continuar fomentando la participación en acciones de ayuda a la comunidad.

Esto es especialmente importante si analizamos los resultados de la encuesta sobre las tres dimensiones a través de las cuales las personas canalizan su ayuda a otros: la donación de dinero, la donación material y la donación de tiempo, siendo esta última la que apenas llegó a un 1,4, registrando la mayor baja entre las tres opciones, si se compara con los resultados de 2012, cuando obtuvo 2,3.

Esta cifra es quizás una de las más significativas para quienes estamos en el mundo del voluntariado, pues la donación de tiempo es la alternativa que requiere mayor nivel de participación y compromiso, ya que implica entregar horas de nuestro día para el bienestar de otros.

Entre las diversas explicaciones que arroja la investigación, destacan la crisis de confianza en las instituciones y la escasa participación de los chilenos en la actividad cívica. En ese sentido, podríamos inferir que sentirnos parte de un entorno común, mejorar la confianza y fomentar la cohesión social, podrían ser claves para promover ciudadanos más solidarios.

Justamente el estudio del Centro Mide UC señala que las personas con mayor tendencia a conductas de ayuda son aquellas que demuestran una participación ciudadana más activa, un mejor nivel de confianza y una mayor identificación con el país. Para lograr todo esto, es fundamental generar espacios de involucramiento y participación, en los cuales los ciudadanos se sientan parte de una comunidad, una comunidad cada día más solidaria y comprometida con el entorno y con aquellos que la vivimos.

Es aquí donde tenemos una tarea pendiente como sociedad, en la que todos podemos contribuir para crear un país más equitativo y cohesionado. Motivar a otros a participar en acciones de voluntariado donando su tiempo, probablemente uno de los activos más valorados en la vida de hoy, requiere entonces mucho más que el esfuerzo de las ONG´s dedicadas a este tipo de programas.

Si queremos más chilenos comprometidos como ciudadanos socialmente responsables y agentes de cambio, tenemos asimismo que lograr el involucramiento de todos los actores del país, desde el Estado y las instituciones públicas hasta las compañías y las organizaciones de la sociedad civil. Si tomamos este camino de cooperación mutua, si le entregamos un sentido a las acciones de voluntariado, seguramente tendremos un futuro mejor.

Por Alejandra Fuenzalida, Gerente General de United Way Chile