En época de incertidumbre económica, el e-commerce ha resultado ser una  oportunidad para sectores que ven mermadas sus ventas “físicas”, en la tienda. Miremos, por ejemplo, el retail o las aerolíneas, que si bien han registrado descensos en la visita de clientes, viven una realidad distinta cuando hablamos de ventas a través de sus canales digitales.

¿Qué factores nos permiten entender esta dualidad? En primer lugar, la conectividad. En Chile, de acuerdo a las últimas cifras entregadas por la Subtel, se registran 76 conexiones por cada 100 habitantes, un récord que no sólo nos muestra una evolución a lo largo del tiempo, sino que abre una oportunidad para fortalecer el e-commerce.

En segundo lugar, la inversión en marketing digital. A nivel mundial, según cifras de e-Marketer, ésta llegó a US$ 140 mil millones en 2014 (17% más que el año anterior). En tanto, se espera que hacia 2018 alcance cifras por sobre los US$667 mil millones. En nuestro país, en tanto, continúa creciendo, con cifras que sobrepasaron los $81 mil millones el año pasado y con un aumento de más de $36 mil millones desde 2011.

Estos números nos muestran el creciente interés de las marcas por estar cerca de sus clientes, en los espacios en los que pasan la mayor parte de tiempo: la web. Sin embargo, para lograr que estos consumidores materialicen la compra, hay que mantenerlos cautivados. ¿Cómo hacerlo? Simplemente un concepto: marketing de contenidos. Entendido como la forma de saber exactamente lo que quieren los clientes y entregarlo a través de información que destaque los atributos de productos o servicios, hoy es un punto central en el impulso del e-commerce.

Luego de definir los objetivos y la estrategia de qué se va a ofrecer, es necesario entender cómo cada plataforma sirve a estas definiciones. En marketing digital, hoy existen muchas alternativas, lo que hace compleja la toma decisiones, pero es importante entender, por sobre todo, que si la marca cuenta con presupuestos acotados, es importante priorizar para conseguir mayor efectividad en el traspaso de mensajes y en la posterior conversión hacia una transacción, sobre todo si hablamos de una venta online. Y acá la información también hace una diferencia gravitante.

En las tendencias de contenidos que veremos este año y los próximos, formatos como el video digital serán clave, gracias a su carácter dinámico. Por su parte, los influenciadores sólo seguirán teniendo importancia si logran ir de la mano de un contenido que apele a beneficios concretos, más allá de la descripción de lo que promocionen. Por último, la inmediatez será un factor relevante, por lo que los equipos de marketing deben saber reaccionar en el momento y minuto adecuado.

Hoy, como nunca antes, las fluctuaciones y los cambios de comportamiento de las audiencias son un dolor de cabeza para las estructuras tradicionales de marketing y ventas. Sin embargo, lo que siempre va a prevalecer, es el contenido asociado a un producto o servicio, en especial en las plataformas digitales que consumen con mayor frecuencia. Por eso es clave mantenerlo como elemento central en la hoja de ruta. Sólo así podremos tener consumidores fidelizados, que generen transacciones y que sigan empujando las ventas online en cualquier industria.

Por Rodrigo Saavedra, gerente general de IAB Chile.